martes, 18 de diciembre de 2007

Más allá de las fronteras, el final

El taxista hizo una vuelta en U y empezó a recorrer, desde la mano contraria, la 9 de Julio. Pasaron las avenidas Independencia, Belgrano, de Mayo y Rivadavia sin que nadie de los que estaba por allí les prestara atención. Luego vino Rivadavia y después Corrientes, y allí Felipao pudo ver cómo un auto se estrellaba contra un edificio y, rápidamente, un grupo comando de varios soldados se acercaba al auto, disparaba a mansalva para después robar cualquiera de los objetos que pudieran encontrar. Antes de llegar a Córdoba, el taxista disminuyó la velocidad y comenzó a mirar los alrededores. Como era de suponer, no había nadie, porque nadie que tuviera la posibilidad de escapar, regresaba al interior de la ciudad. ¿Está seguro de lo que va a hacer?, dijo Felipao. ¿Seguro?, estar seguro de algo en esta ciudad es un disparate, pero créame cuando le digo que éste es el mejor camino a seguir para llegar al aeropuerto. Cuando el auto dobló por la Avenida, Felipao sólo atesoró en su memoria la certeza de la circularidad imposible, del escape también imposible, del despreciado punto en que se había convertido Buenos Aires, la oscuridad de la que, Felipao ya bien lo sabía, no podría salir. Nunca. No dijo nada; las ruinas por las que transitaban hablaban por sí solas. La chica rubia permanecía en silencio; resignada, miraba la destrucción que también se revelaba sobre la Avenida Córdoba: edificios en ruinas, plazas desoladas, desvastadas, y gente que peregrinaba en busca de la única posibilidad que dejaba la nada. En los dos años que estuvo al poder, el Partido de los Escritores de Buenos Aires había llevado a una anarquía absoluta al reciente país. Cinco años antes de que eso sucediera, el resto de la Argentina ya se había independizado de la ciudad de Buenos Aires. No hubo guerras ni tampoco demasiados debates para llegar a esa decisión. Todo el mundo estaba cansado de los porteños (de sus políticas, de sus gastos, de sus gestos), y los porteños, por su parte, estaban cansados de todo. Las únicas negociaciones fueron para que parte del territorio del conurbano bonaerense se anexara a la Ciudad, y así fue que, después de algunos meses de idas y venidas y desproporciones anatómicas del territorio, los límites del nuevo país (Buenos Aires) quedaron establecidos en la cartografía mundial. Ningún rincón del mundo se había sorprendido por esta decisión; en verdad, a casi nadie le había importado, en especial porque lo sucedido respondía a una consecuencia inevitable de hechos encadenados que no podía más que arribar a esa solución tan instantánea, repetitiva y perfecta: si se había comenzado por colocar rejas alrededor de todas las plazas, haciendo luego lo propio con grupos de edificios, era lógico que al final se terminara por encerrar a toda la ciudad. Los primeros años no pasó demasiado, es más, la ciudad hasta incrementó sus ganancias. Se le abrieron las puertas a todos los negocios (tantos legales como ilegales) y ni siquiera hubo una posibilidad para darle un espacio a la añoranza y al padecimiento. En una hilera de burlas, combinada con disposiciones de matices épicos, la mayor alegría se sostuvo a partir de la seguridad y el control. En los primeros días algunos rememoraban un pasado, una historia, una repetición de alegorías. Pero a los pocos meses, la memoria se había reducido a los ridículos pasos que se daban durante el día y a los inquietantes sueños que se sucedían por las noches. El recuerdo de una historia, guerras, exterminios, torturas, la remembranza de un conjunto de caracteres que definían a toda una población pasó a ser un susurro comprendido por colores de sonrisas fugitivas. Un día alguien no recordó el desplazamiento del límite, al otro día nadie pareció afligido por lo que fue y ya no era, y una semana más tarde no se recordaba ni siquiera en las conversaciones de los bares lo que había más allá de las fronteras. Era olvido premeditado lo que se desplazaba por toda la ciudad y el nuevo país dispersaba sus raíces sobre ese suspiro imaginario. Pensaron en emular a las mejores democracias europeas, las mejores plataformas partidarias, las leyes más perfectas y las políticas más honestas, pero con el tiempo, todos se vieron en la construcción más alucinante que había tenido lugar sobre esa parte de territorio estancado en el planeta: cada habitante, conciente o no, fue partícipe de la cimentación de una fábula; cada hombre y cada mujer, cada niño y cada anciano aportaban una palabra que el hastío en el que había devenido la ciudad (el Estado), captaba, amedrentaba y volvía a escupir bajo un nuevo concepto: el olvido de lo que fue y la imposibilidad de pensar lo que será. En ese presente perfecto se fue construyendo la disonancia que terminó por aproximar al Partido de los Escritores al poder. El primer año fue un tanto desgraciado: el Primer Ministro escribía, rescribía y volvía a escribir, una y otra vez, y, al parecer, tantas veces más según las distintas combinaciones de palabras que se le cruzara por la cabeza, los discursos que pronunciaría en cada lugar donde estaba citado. Por ese motivo, durante todo el primer año no salió nunca de su despacho. Recién saldría por la fuerza, una vez que la policía lo sacase luego de que, en el Parlamento, se hubiese aprobado su destitución. En seguida se nombró otro Primer Ministro, también escritor. Como el anterior se dedicaba a la narrativa, y el nuevo era conocido sin reticencias como el poeta del momento en lengua española, pensaron que con eso solucionarían todo. En efecto, se equivocaron. A los seis meses, el ejército había tomado el control. La población se sublevó sin pensarlo, el Partido de los Escritores pareció despertar y también apoyó la revuelta. Pero al poco tiempo, los que no estaban muertos o presos, se habían decidido por el exilio. Con parte de la población diezmada y algunos edificios destruidos, el nuevo gobierno del nuevo país pensó que no le quedaba más que progresar. Ese fue el plan (el progreso), mecanismos de control dispersos por todos lados, cámaras de seguridad, policías, militares, una eficiencia que, posiblemente, podría haber asegurado el éxito en una ciudad. Pero ese ya no era más el destino de Buenos Aires, y así fue que el nuevo país se vio envuelto en la escasez total, en el hambre más radical que había conocido en toda su historia. Nada para sacar de ningún lado, dinero, comida, nada, tan sólo ruinas, a la izquierda, a la derecha, en el centro, frente a un edificio, al costado de una plaza, incluso hasta los animales parecían haber sido exterminados en Buenos Aires. Ni siquiera quedaban palomas. En verdad, lo fueron; después de la gran matanza, vino el asesinato desmedido de mascotas y, más tarde, hubo señales de antropofagia. Ninguna parte del mundo se atrevió a enviar ayuda, ningún organismo quiso intervenir. Nadie intentó aplacar las calles incendiadas de la ciudad que había devenido en país; tan sólo se facilitó la huida de ciertas personas notables, se mantuvo abierto el aeropuerto, pero sin ningún tipo de control en las rutas que iban hacia allí. Y mientras el taxi transitaba la Avenida Córdoba, en los ojos de la chica rubia la decadencia se fragmentaba en la disyunción de sus pupilas. No había nada que la preocupara más allá de la destrucción misma, y sin atender a la velocidad del auto, ni a las irregularidades de la calle, la chica rubia dijo: lo único que me queda es este cuerpo agotado que se ahoga en la tristeza.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Sobre la armonia de los sentidos

Toda felicidad humana es felicidad biologica.

Esto es estrictamente cientifico. A riesgo de ser mal interpretad, lo dire con mayor claridad: toda felicidad humana es sensoria. Admitamoslo de una vez, diciendo que el espitiru es una condicion del perfecto funcionamiento de las glandulas endocrinas. La felicidad, para mi, es en gran parte cuestion de digestion.

¿Ama alguien espititualmente a una mujer sin amarla fisicamente? Al fin toda mujer se siente mas feliz cuando esta bien vestida. Hay cierta cualidad de elevacion del alma en el lapiz labial, y una calma y buena disposicion espirituales en el conocimiento de estar bien vestida, y de las cuales no tiene asomo de idea un espiritualista.

Por estar hechos de carne mortal, la division que separa a nuestra carne de nuestro espitiru es sumamanete delgada, y el mundo del espiritu, con sus mas finas emociones y su mayor apreciacion de la belleza espiritual, no puede ser alcanzado sino con nuestros sentidos. No hay moralidad o inmoralidad en los sentidos del tacto, el oido y la vista. Es muy probable que nuestra perdida de capacidad para el goce de las alegrias de la vida se deba sobre todo a la disminucion de sensibilidad de nuestros sentidos.

Tengo la sospecha de que la razon por la cual cerramos voluntariamente los ojos a este mundo glorioso, vibrante con su propia sensualidad, es la de que los espiritualistas nos han llevado a temer los sentidos. Un tipo mas noble de filosofia deberia restablecer nuestra confianza en este hermoso organo receptor que tenemos y que llamamos cuerpo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

9 de Julio

Al entrar a la 9 de Julio recibieron el primer disparo. Siga, dijo Felipao. Ahora es usted el de las órdenes pelotudas, dijo el taxista, obvio que voy a seguir, si no sigo nos matan acá mismo. A los costados de la avenida sólo quedaban las ruinas de los edificios que alguna vez, al principio con admiración y luego con asco, Felipao solía contemplar todas las tardes del primer año en que se refugió en la ciudad, mucho antes de que se declarase la independencia. De los autos sólo quedaban esqueletos calcinados, y de las personas que aún habitaban esa zona, la voluntad para caminar en busca de algo de basura o comida. Deberíamos haber ido hacia el conurbano, ahí está la resistencia, dijo la chica rubia, alguien como vos les aportaría mucho. Alguien como yo sólo aportaría un negro dentro del grupo y la fascinación de todos tus amiguitos literatos, no me rompás las pelotas con boludeces, ¿querés?, bastante que conseguí que nos recibieran a los dos. Es gracioso escucharlo, dijo el taxista, habla como todos los porteños, pero con un acento de puta madre. Es escritor, ¿sabe? ¿Escritor?, dijo el taxista y frenó el auto de golpe. Qué pasa, dijo la chica. Ya sabés, con esa confesión nos embromaste a los dos, tenías mil formas para definirme, pero elegiste la peor, dijo Felipao. Se bajan ya, ustedes arruinaron este país. No voy a discutir eso, sólo puedo decirle que sí, alguna vez fui escritor, pero sólo llegué a vivir acá de pura casualidad, al igual que llegué de casualidad a la literatura, vuelvo a mi país, Brasil, luego de décadas, lo único que pretendo es pasar mis últimos días recordando el gusto de la cocaína que ya no puedo tomar, y viendo cómo mi piel consume todas y cada una de las partículas de los rayos de sol. El taxista, convencido por el argumento, reemprendió la marcha por la 9 de Julio, sólo que ahora imbuido en el silencio. Pasaron la avenida Belgrano, luego Independencia, pero cuando iban a subir a la autopista, se encontraron con que varios autos intentaban descender marcha atrás y sólo una rápida maniobra del taxista los salvó de un choque seguro. Siguieron unas cuadras más hasta que, luego de comprobar que en los alrededores estuviera todo tranquilo, se detuvieron junto al cordón. Tenemos dos opciones, esperar a que nos mate alguno de los ejércitos, o intentar llegar por otro camino, dijo el taxista. Me parece que es la oportunidad para volver, dijo la chica. Volver a dónde, en las valijas que nos robó el portero estaba todo lo nuestro, ahora sólo nos quedan pasaportes, dinero y pasajes; el otro camino va a estar bien.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Smoke on the city

Felipao, ¿lograremos escapar?, ¿debemos escapar? Si querés quedarte, problema tuyo, ya tomé una decisión, y es indeclinable, no sé cuánto tiempo me queda, no creo que mucho, en fin, mucho o poco, lo que importa es que quiero volver a Brasil. Señor, ya le guardé el equipaje, debo decirle que fue todo un placer haberlo servido durante todos estos años, y sin duda voy a extrañar su presencia en el edificio. Gracias. Felipao y una mujer joven y rubia salieron del edificio que quedaba frente a lo que era el Jardín Botánico. De verdad, ¿es necesario irnos, no te preocupa lo que va a pasar con lo que queda de la ciudad? ¿Me preguntás en serio?, me chupa un huevo lo que le pueda suceder a esta ciudad, mirá, incluso terminé hablando como ellos. ¿Adónde vamos?, dijo el taxista mientras comenzaba a recorrer la Avenida Santa Fe. Usted es medio pelotudo, ¿no vio todas las valijas que cargó el portero? ¿Valijas? Sí, val…, y antes de terminar de pronunciar la palabra, Felipao comprendió todo. Miró hacia atrás, no quedaba nada, tampoco había alguien que lo saludara. Sí, al aeropuerto, lo más rápido que pueda. Eso va a estar un poco complicado, todo el mundo va hacia allá. Haga lo que pueda, dijo Felipao, y luego miró a la chica y pensó en decirle “vos también hacé lo que puedas para relajarme”, pero permaneció en silencio y sólo atinó a acariciarla.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Espejo II

Estamos Reinterpretando la Historia


Retomando un poco los sagrados documentos .html de Robespierre, queremos decir que la mayoría de ellos nos parecen obsoletos y dignos de ser escritos por retrasados. Por tal razón no reconocemos ninguno como propio.

Cómo es esto?

Bueno, la cuestión es que pasó Toto, el revisionista, el otro día, por la quinta que tiene robespierre ubicada en Burzaco, en donde se emplazan entre otras cosas un centro de juego clandestino y un lupanar de mujeres todas teñidas de un color que no sea el suyo, teñimos a las coloradas de rubias, a las morochas de coloradas y a las rubias las pelamos. En este centro de juego a su vez son fuertes las apuestas que se hacen a las partidas de ludo, del juego de la vida y el estanciero, son bajas las apuestas al TEG y al burako y no se apuesta al póker por ser contrario a la moral y a las buenas costumbres.

Las apuestas son en lupines y en garbanzos sin hervir. La casa siempre gana.

Pasó Toto y se puso a contarnos todo lo que había leído de nosotros, escuchado de nosotros, lo que nosotros mismos habíamos dicho o escrito hace años. Trajo pruebas fehacientes muy comprometedoras! Documentos indubitables, fotografías de nosotros hace años evangelizando patos!

Pero bien, no nos dispersemos, Robespierre quiere hacer público que no se hace cargo de nada de lo que dice o escribe, y por supuesto, menos aún de lo que dijo o escribió. Nuestro testaferro Tito, a quien tuvimos que insolventar, vendiendo todos sus bienes el lunes último (su fiat duna mellizo en once por seis monedas de chocolate y una cajita de tic tacs, que comimos entre el martes y el jueves; y un horno pizzero sin anafe alguno, valuado en doce mil seiscientos australes que subastamos en subasta pública al mejor postor, quien dio por él doce ovillos de lana persa, que automáticamente donamos al Centro de Gatos Huérfanos de Belville) es el único responsable ante la ley por los dichos o textos que se le quieran adjudicar a Maximilien robespierre asurranceturix o razón social.

En Robespierre no tenemos pensado hacer una autocrítica ni encontrar culpables entre nosotros. Lo que pasó en el pasado seguramente es culpa de otro!


Ahora, 74 segundos de reflexión.








sábado, 1 de diciembre de 2007

Sangre

Cada vez que me interpelabas parecías clavarme los colmillos. Mi piel se resentía y mi corazón también. Los ojos blancos develaban un tiempo muerto y a pesar de que ya me quedaban pocos signos vitales, vos pedías más. Y mientras me debilitaba, no podía evitar preguntarme por qué preferías la sangre antes que el vino.
Después de todo, es el ruido de dos copas lo que podía hacernos inmortales. También el sentido del humor, como dijo un libro que alguna vez leí. Pero vos no podías concebir la inmortalidad para dos. Querías sangre.
Con cada interpelación mis brazos pesaban un poco más y estaban más cerca del suelo. Caía aunque estaba en pie y te odiaba. Creo que todavía te odio. Tampoco estoy segura. Puede que sólo des lástima.
Otra interpelación y las rodillas flojas presagiaban el final. Entonces, como todo aquel que está a punto de morir, recordé. Retazos espasmódicos, dispares, equívocos. Pero siempre con toda mi sangre. Pensé en un silencioso no... no siempre fue así... no debe ser así... no quiero que sea así...
Podías no haberme interpelado y hubieramos ganado los dos. Podías haberte reído un poco y nada hubiese pasado. Podías no haber pensado que la satisfacción radicaba en contar los agujeros que podían llenar el Albert Hall... Podías.
Pero no. No sé como habrá sido tu espasmo. Es posible que en los retazos te hayas puesto plataformas para ser más alto. Y que hayas imaginado a un enano junto a vos contra el centímetro en la pared. Porque nunca podías imaginarte grande sin compararte. Nunca si estabas solo.
Por eso querías sangre. Mis ojos se aclaraban y vos pensabas en elevarte. Entonces te respondí, sin gritos, sin pausas, sin pedirte piedad y sin dártela tampoco...
Y en tu espasmo lo descubriste. La inmortalidad no era para vos.

Utopías y presente

"el futuro cae cuando las utopías se realizan"

Josefina "la china" Ludmer.

La nota completa, acá.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Espejo

Uno puede verse reflejado en un montón de cosas, en una planta, en un perro, en un vecino o en un botón. Se puede encontrar uno diciéndose así mismo en reiteradas oportunidades a lo largo de una jornada de sol a sol cosas como "este botón es tan yo", o "estos grisines me describen tan bien". Como con cierta melancolía estas reflexiones brotan de nuestro ser...

Por eso los invitamos a definirse en un pie.

You Are Lemon Meringue Pie

You're the perfect combo of sassy and sweet.
You always know how to brighten someone's mood, but you're not overly sappy.
In fact, you can be a bit too honest at times. And most people find that refreshing.
While you're always true to yourself, you keep things light. That's how people are able to stomach your slightly bitter outlook.

Those who like you have well refined tastes.
You're complicated - and let's face it - a true enigma.
You enjoy defying expectations, and there are many layers to your personality.
There's not one easy way to define you.


Saluditos!

lunes, 26 de noviembre de 2007

La sonrisa del sí

Nunca quisiste escaparte. Sólo los que fluyen no quieren escapar. Tu sonrisa fue como el sí de Yoko Ono que no necesitó ni una lupa ni lentes de aumento. La verdad estaba en tu imagen que se cruzó ante mí en ese día que nunca se hizo esperar, porque esa clase de días jamás se esperan.
¿Cómo esperarlos si todos los deseos quedan chicos ante esos días? Ellos, a diferencia de vos, se escapan porque se reconocen equivocados, no pueden soportar la humillación, y menos, tanta belleza.
Entonces después del sí y en cuestión de segundos comprendo lo que significa conocerte sin hacer preguntas. Y entiendo el método como la única manera de conocerse. Nos contamos porciones de nuestras vidas sin adoptar ninguna de ellas para mostrarnos ante el mundo. Sólo fueron hojas arrancadas del almanaque y no nos queda más que vivir las nuevas.
Por eso te recuerdo con la sonrisa del sí y agradezco el hecho de no necesitarte. Sé que tampoco me necesitás y por eso también me siento agradecida. Cuando volvamos a encontrarnos seguro hablaremos de cómo nos transforman los días y olvidaremos hablar del yo: de nuestras ideas, de lo que nos gusta, de lo que odiamos y lo que merecemos. No lo haríamos porque sin siquiera decirlo, sabemos que esas son las cosas que aprisionan al ser humano en una época en que todos quieren lucir la mascarilla de libres.
Entonces el discurso se convierte en un enemigo demasiado débil. La envidia, en una consecuencia inevitable. La risa, en una canción que consideramos nuestra y la libertad, en tu cuerpo y en el mío.
Porque sólo la verdadera libertad te asegura que esté a tu lado por siempre. Si el cuerpo está ausente me convertiré en recuerdo. Y si las hojas futuras lo deparan, nos volveremos a ver, felices. Y sabremos que ni el tiempo ni las circunstancias podrán opacar la belleza que significa la sonrisa del sí.

domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Entendés?

I

A veces no bastaba con mirate
a los ojos
a veces ni siquiera alcanzaba con
la soledad
siempre era un espacio de
infierno y contemplación
unos temas de led zeppelin
que vos cambiabas por pink floyd
y libros escritos
para que leyeras en absuradas
obligaciones institucionales
como si eso demostrase que no
era tan malo ser snob
la cama se alejaba de los cuartos
los huecos adolecían de la carencia
de tus afectos
y las noches atestiguaban
esa necesidad de...
esa necesidad y punto.


II

Era cuestión de que comprendieras
que podías escuchar una y mil veces
dark side of the moon
pero que sólo ibas resultar atractiva
si en tu funeral se escuchase
led zeppelin con bourbon.


III

Pero para vos las hojas eran del viento
y yo me cansaba de esa cofradía
inútil de palabras pronunciadas
en el momento exacto de ser olvidadas.


IV

Y así en la antesala de
la desesperación vos
te escapabas de las
inexactitudes de tu cuerpo
como si tanto placer no pudiera
ser resuelto con un poco de garchoteo
como si toda esa pesadez no fuese tan
modificable y tan absurda y tan atroz
y como si al fin de cuentas la ecuación
no pudiese resolverse sencillamente y
sin dificultades esperando que sólo te
animaras a contestar la pregunta que
era inevitable.


V

¿Comemos o cogemos?


VI

Así de fácil
pero nunca tan defícil como
decirte que una máscara es
ese pedazo de realidad que
siempre te gustó lucir
y entonces llegar a la
ominosa fluidez de la prosa
alejarme de tu música
y saber que indudablemente
el rock y el jazz los guardo
en el disco rígido de
la computadora porque
en la cama sólo quiero cumbia.


VII

¿Entendés?

sábado, 24 de noviembre de 2007

Sábado, pollos y revoluciones

Otro sábado, día de ave por excelencia. En casa de ave no se come pato los sábados ni ningún animal con alas salvo pollo y si está de oferta. Es posible que no se coma pato alguno nunca, pero es discutible.
Una vez uno de nuestros amigos, los amigos del ave, claro, compraron un pollo con fritas un sábado. Esto no cayó bien a félix, pero cuando se enteraron que era una verdadera ganga porque eran pollos con gripe aviar, compraron otro y lo bendijeron tres veces antes de comerlo. Las papas, por cierto, pueden comerse cualquier día. Nueve días después galleta tuvo nueve pecas en nueve deditos, nuestros peritos (de fe) están todavía tratando de determinar si las pecas fueron a consecuencia de que el pollo estaba maldito.

"Anexo 1. Teorías sobre la cocción del pollo a la parrilla.
En Ave muchas veces discutimos acerca de la forma en la que se debe emplazar al gallináceo en la parrilla al iniciar su asado. Algunos creen que se debe empezar por las costillas, otros por la parte de la piel. Bueno, es una discusión eterna. Punto."

Otra cosilla, hoy sábado estaría audicionando para ingresar a la banda el niño beto. Él escuchó el demo, él dijo, "quiero formar parte de ave, acepto el desafío aunque tenga que remar mucho para que en AF me traten como uno de ellos."

Es obvio que siempre te discriminaremos beto, eres como el bajista que ingresó a Metallica, eres la oveja negra, pagarás el derecho de piso si llegáramos a aceptarte. Cuando toques bien te diremos "qué mal lo hiciste beto, eres una infamia!!!!". Cuando se te ocurra un tema o una buena idea te diremos "es horrible beto, por qué no te dedicas a la metalurgia" y acto seguido robaremos tu tema o tu idea y nos la adjudicaremos como propia. Hablaremos mal de tí a tus espaldas y les diremos mentiras a la gente acerca de tu orientación política; les diremos "sí, él estuvo afiliado al partido por una nueva españa, qué pelotudo!" y reiremos fuerte.

Son todas posibilidades chicos, no se pongan así. Siempre cuestionando nuestros métodos, nos dicen que somos muy rudos, muy exigentes, muy muy. Estamos haciendo algo nuevo, es lógico que nos cuestionen, pero a veces tiene que limitarse a contemplar.
Porque pronto ya no habrá tiempo para nada. Será el tiempo de todo.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Tradiciones

Líquidos

[Cast:
- Buga / Bugani
- Galleta / Cookie
- Artifex / Alexis / Seba
- Santi / Tito
- Fede (narrador)]

Si bien en ave felix todavía no hemos engordado del todo, somos muy comilones. Yo soy el más flaquito de hecho, y el resto al no poder mantener una atlética figura como la mía, debe moderar sus dientes. Pero más allá de eso, en ave félix comer es importante. De hecho, es importante para mí, y eso lo hace importante para el resto. También lo es para cookie, creo que es el más comilón, aunque artifex no se debe quedar atrás, tiene potencial como para superarlo, pero aún no hemos compartido con él unos tres días consecutivos para ver qué tanto puede desarrollar esas potencialidades suyas. En cuanto al buga, qué decir, es tan parásito que siempre se cocina lo mismo, y sinceramente prefiere unos buenos cigarros a un buen plato, así que no podemos decir qué tanto disfruta de la comida, pero comer come y cómo, nos es sanito el buga.

Qué comidas y/o brebajes nos caracterizan?

Empecemos por el principio => El Mate

El Mate es importante, dijo Alexis en la noche de su cumpleaños "En La Plata todos toman mate"; y sus amigos dijeron "Oh". Alexis insistió, "toman mate a la mañana, cuando se levantan; antes de tocar y después de tocar e incluso mientras se tocan, toman mates"; sus amigos dijeron entonces "Ooh".
No satisfecho aún, alexis realizó un último intento, "Es increíble, en La Plata toman mates aún cuando no tienen sed", y por fin consiguió así la respuesta esperada., esa reacción buscada de sus camaradas, que dijeron, "Ooh!".

(y seba prosiguió "ahora que tengo su atención, déjenme contarles esto"; y habló de unos antropólogos rusos que fueron asesinados mientras jugaban una partida de ludo sin usar dado alguno!)

En fin, la historia del mate y la banda arranca por el 2000, cuando nace robespierre, es sabido ya que los chicos de Trill sólo tomaban submarinos. Los mates en Robespierre, en tanto, eran muy dulces por entonces, bugani decía "ponele azúcar" y acto seguido lloraba si todavía lo creía amargo. Eran mates asquerosos los de entonces.

Hubo un día en el que Bugani entonces dijo, ahora que tomo cerveza, tomo el mate amargo, porque tengo unos huevos así de grandes. Y acto seguido se tomó tres pavas solo. Sólo para acostumbrar el estómago. Ese día meó sangre, pero era verde.

Es importante ese día, porque marca un punto de inflexión en la banda, en la forma de tomar el mate y en la forma de encarar la vida. Ese día Félix abre las puertas de su casa al mate amargo y a la cerveza, que merece un párrafo aparte.

El mate entonces se toma amargo desde entonces, no se lo mezcla con hierbas poderosas o cáscaras de algun cítrico o café o nada. Se lo toma así, aunque fede en su fuero interno lo prefiera dulce o con cáscaras de banana.
No es ave un grupo que se caracterice por cambiar la yerba muy a menudo así que se toman lavados mates en cantidad.

Una última anécdota de artifex para graficar la presencia del mate en la cotidianeidad del grupo: un día le estaba poniendo azúcar yo a mi mate, porque decididamente estaba podrido de los mates amargos, y seba me dice "le ponés azúcar al mate?". "Sí", le respondo amablemente, "pero poquita". "Ah", dice sebita, "porque a mí me gusta dulce". Es decir, unos 7 u 8 meses después de tomar mates amargos seba pudo afirmar sin ningún tipo de complejo, que prefería los mates dulces.
Aún hoy se los seguimos cebando amargos.

Acápite II. La birrita

"Báncame una birra", frases como estas nunca se escuchan en Ave Félix. Es cierto sí, que gente muy cercana a Ave diga por ejemplo "Pará que voy a comprar una cerveza", y descienda de un vehículo mágico, encare para el quiosco y regrese al vehículo en tiempo récord.

La cerveza es también una bebida que empezó a tomarse allá por el 2000, habría que preguntarle a sebas desde cuando es que chupa como una esponja o a Cookie, desde cuando es que pierde la conciencia por efecto del lúpulo. En realidad nadie en Félix disfrutaba de la cerveza, pero se la bebía con constancia para disfrutar mejor de la soledad y poder dar un mejor show a los transeúntes que veían a los de félix beber.

Personalmente jamás fui un bebedor, menos aún de cerveza, bebida que sigo encontrando realmente desagradable. Tampoco bebo el vino, o aperitivo alguno. Sí acepto una fina copa de cidra o preferentemente clericó o algún daikiri tal vez, en ocasión de algún momento memorable.

Pero los chicos de félix pasaron años chupando, de hecho el Centro de Estadísticas y Control Urbano de la ciudad de La Plata, nos informa que entre el 2001 y el 2007, se acusó formalmente a "el" buga, cookie y sobre todo santi, pieza clave en esta tríada, de la muerte de unos 17 árboles, como consecuencia del suministro ininterrumpido de grandes cantidades de meo sobre sus raíces. Se le preguntó a este Centro, qué clase de árboles eran, si eran arbustos, o árboles jóvenes, o pinos. De los 17, 14 eran fresnos y tilos principalmente de unos ochenta años, es decir y cito la carta documento dirigida a santi en abril del 2003 por la muerte de un plátano centenario que había sido plantado por el mismísimo masón Dardo Rocha "señor tito: hay que mearlo y de qué manera para matarlo, se lo acusa de meo con intención de daño ecológico y cultural; y de traición a la comuna" (Santi sigue procesado).

Los otros tres eran pequeños arbustos; los tres acusados siguen diciendo que sobre estos últimos tres hay culpa concurrente con unos perros y unos linyeras de la zona, pero no hicieron lugar a ese reclamo. Es cierto sí que hoy Ave Félix y su gente difícilmente sea encontrada meando árboles => estamos generando conciencia chicos!!!

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Leccion Confucionista.

La Comisión investigadora ha cedido con beneplácito otra entrega de los Cuadernos Gran Jefe aclarando que no se responsabiliza de dicho contenido



Lección confucionista

.......el pueblo antiguo que deseaba tener una clara armonía moral en el mundo ordenaba primero su vida nacional; los que deseaban ordenar su vida nacional regulaban primero su vida familiar; los que regulaban su vida familiar cultivaban primero sus vidas personales; los que cultivaban sus vidas personales enderezaban primero sus corazones; quienes deseaban ordenar sus corazones hacían primero sinceras sus voluntades; los que deseaban hacer sinceras sus voluntades llegaban primero a la comprensión; la comprensión proviene de la exploración del conocimiento de las cosas. Cuando se gana el conocimiento de las cosas se logra la comprensión; cuando se gana la comprensión la voluntad es sincera; cuando la voluntad es sincera, el corazón se endereza; cuando el corazón se endereza, se cultiva la vida personal; cuando la vida personal se cultiva, se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, la vida nacional es ordenada, y cuando la vida nacional es ordenada, el mundo esta en paz. Desde el Emperador al hombre común, el cultivo de la vida personal es el cimiento para todo. Es imposible que cuando los cimientos no están en orden se halle en orden la superestructura. Jamás ha habido un árbol de tronco delgado cuyas ramas superiores sean pesadas y fuertes. Hay una causa y una secuencia en las cosas, y un comienzo y un fin en los asuntos humanos. Conocer el orden de precedencia es tener el comienzo de la sabiduría......

La Comisión ha sostenido un acalorado debate acerca del titulo de esta entrega, donde gran parte de sus investigadores han sostenido que el mismo debería ser reemplazado por “Lección de un confundido” escrito en el margen superior izquierdo en la presente. Sin embargo ha tenido mayor cantidad de adeptos el titulo inscripto en el margen superior derecho, como pasa en la mayoría de las academias que se precian de serlo.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Las cosas como son

Cacho no es racista. Es morochito, petizo, tiene poco pelo, le faltan algunos dientes y no es racista. Tiene un amigo puto, un amigo negro, un amigo gordo, un amigo judío y uno mormón, hasta se consiguió un amigo oriental en los últimos meses y una boliviana la semana pasada. ¿cómo mierda me podés decir que cacho es racista? ¿En la cabeza de quién entra esa idea loca?

La única vez que sentí que Cachito estaba discriminando a alguien, fue en un supermercado chino, cuando le dijo al que estaba parado al lado de la puerta, dueño de un gesto saludablemente chino "volvete a china, peronista!". Nah, pero no me digan que por ese comentario cacho es racista, a lo sumo conservador, pero no racista.

Cacho es tan poco racista que hasta le gusta que le digan negro, “decime negro”, parece decirte con la mirada cada vez que te mira. Si estás pasándola bien, por ejemplo, le tenés que decir “que negro puto que sos!”, mientras te sonreís y le entrás a una copita de Bols, no te das una idea de lo chocho que se pone. Y cuando te estás peleando, no hay peor cosa que le digas “vos de negro no tenés nada!”, es como terrible para cacho escuchar eso.

Por eso me pueden decir cualquier cosa de Cacho, pero no que ese negro es racista.

jueves, 15 de noviembre de 2007

te amaría si supiera tu nombre

Odiar no es para cualquiera, uno no puede odiar a todo el mundo. Odiar no es sólo una cuestión de voluntad sino también una cuestión de capacidad, por ejemplo, todo el mundo no puede odiar a los delfines, hay personas que quieren y pueden hacerlo, hay otras que pueden y no quieren y por último están quienes desean odiarlos, pero que lamentablemente no pueden.

Sé que puedo pero no quiero odiarte, sé que te encantaría odiarme, pero qué querés que te diga, no sabrías ni siquiera por dónde empezar.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Extraña

ROBESPIERRE es otra banda más, del montón. No tiene un mensaje original, no tiene letras que valgan la pena ser leídas, no son sus melodías distintas a las que estamos acostumbrados a oír en las radios más innecesarias.

Nosotros no apuntamos a despertarlos ni a nada, no somos tampoco nihilistas, de hecho nos da lo mismo afirmar que negar, podemos muchas veces incluso, parecer extraordinariamente positivos.

Nadamos en la superficie chicos, no nos interesa la profundidad del ser y nos interiorizamos en la mayoría de las cosas sólo para tener materia de conversación en bares. Somos la perfecta mentira de nuestra sociedad pero al revés.












En Robespierre jugamos a la frivolidad


Argentina, 2007.

martes, 13 de noviembre de 2007

Recortes

Cierro los ojos y visualizo una fotografía. Aparecemos yo y yo. Una de nosotras sale bien, la otra no. A una se le nota haber tenido un buen día y proyecta el adelante. La otra no conoce otro camino que la marcha atrás y los ojos enrojecidos no son culpa de la cámara.
Cierro los ojos y visualizo una tijera. Imagino que yo y yo no podemos seguir juntas. Recorto la foto en dos mitades. Una tiene buena iluminación. La otra no. Conservo el fragmento iluminado y decido tirar el otro a la basura.
Abro los ojos y veo mi foto. Aparecemos yo y yo en un mismo fragmento. Al parecer seguiremos juntas, de la mano, por siempre. Tomo la cámara, extiendo el brazo y decido sacarme una foto más. Lo mismo. Juntas, siempre juntas, el todo parece un recorte y el fragmento imaginario lo es todo.
Yo y yo. Es así.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Palabras.

Torrente de palabras que se pelan por escaparse de mi boca.

Están entre los dientes -apretadas-, están debajo de la lengua y entre los espacios de las muelas; pinchando mis encías hasta volver roja mi saliva. Son un montón de palabras todas juntas en forma de pelota con pinches. Creo que se parecen a un erizo de mar, y aunque nunca nadie vio uno, se lo puede imaginar con solo proponérselo. Lo mismo pasa con mi enjambre de vocablos que se apelmazan entre mis dientes. Son tantos, y se desplazan tan rápido de atrás para adelante, que no llego a pronunciar ninguno. Tengo la boca cerrada porque ninguno de ellos quiere salir primero. Ninguno se anima a dejar la seguridad de su silencio, porque, en definitiva, todos saben que una vez dichos, una vez afuera, no podrán volver a entrar.

Algunos se estuvieron poniendo de acuerdo esta ultima hora para salir en grupo y al grito.

Creen que si van en barra la cosa será diferente. Asi estuvieron conciliando con el resto, y concluyeron que saldrían primero del sarcófago inhabitable en el que se estaba transformando mi boca. Juntaron fuerzas, y armaron una frase. (Una frase es como cuando los nenes salen de excursión y van agarrados de una soga para que ninguno se pierda, en una excursión que evidentemente busca orden y control. Y yo quería una frase así). Una frase segura que me devolviese la tranquilidad que no estaba pudiendo conseguir. Pero la maestra no elige a los nenes que se anotan en el colegio, aunque si puede castigar a alguno privándolo de su salida. Y aunque creo que logre eso, no pude evitar que las palabras más rebeldes se aferrasen a la soga.

Entonces sucedió que en algún momento me escuche diciendo...“Ya no se que pensar de vos, siempre de vos".

viernes, 9 de noviembre de 2007

Mensajeros subatómicos

MALARGUE.- Casi un siglo después de que el físico alemán Victor Hess -montado en un globo que volaba a 5000 metros de altura- detectara una "radiación penetrante" llegada desde el espacio, un equipo de 400 científicos de todo el mundo, en el que cumplieron un papel protagónico investigadores argentinos acaba de resolver el misterio acuciante que sumió a los físicos en una aventura sin fronteras, los llevó a la cima de montañas y a recónditos rincones del globo en su ansia por entender de dónde provienen esas partículas que llamaron "rayos cósmicos de altísimas energías".

La respuesta, según el trabajo firmado por la Colaboración Pierre Auger que hoy merece la tapa de Science , sin duda un honor infrecuente reservado a los hallazgos más originales y de mayor trascendencia, es que estos misteriosos rayos que parecen llegar al planeta de todas partes provienen en realidad de regiones convulsionadas que se encuentran en el centro de galaxias ubicadas en nuestro "vecindario" cósmico, a no más de 300 millones de años luz, donde gigantescos agujeros negros (zonas del universo de tal densidad que ni siquiera la luz puede escapar a su atracción) son capaces de acelerar partículas subatómicas a velocidades cercanas a la de la luz. Los astrofísicos llaman a estas regiones "núcleos activos de galaxias".

"La ciencia es, en cierto modo, una apuesta -dice Alberto Etchegoyen, investigador principal de la Colaboración por la Argentina-. Apostamos a que podíamos identificar la fuente de los rayos cósmicos de altísimas energías y hoy, incluso antes de finalizar la instalación del observatorio, ya tenemos respuestas a algunas de nuestras preguntas y estamos abriendo una nueva ventana al universo, el camino para una astronomía de partículas cargadas."

Agrega Ingo Allekotte, subgerente general del observatorio: "Hasta ahora estudiábamos la radiación electromagnética. La información venía en partículas de luz, visible, de microondas, ultravioleta... Por primera vez miramos una fuente que manda no sólo radiación electromagnética, sino también partículas con masa".

El anuncio del hallazgo científico reunió ayer a la comunidad de Malargüe en el moderno centro de convenciones situado a metros del edificio central del observatorio, con el vicepresidente electo, Julio Cobos, y las "reinas" de la ciudad mendocina sentados en primera fila del auditorio.

Para Etchegoyen, tan importante como este hallazgo es que el Proyecto Pierre Auger puso a la Argentina en el mapa de los megaemprendimientos científicos. "El observatorio funcionó a la perfección y los resultados obtenidos confirman la capacidad que supimos construir desde que, en la última década, se decidió instalar el centro experimental en esta zona. Incluso en las peores épocas que atravesamos, en 2001, el proyecto siguió adelante, más lento, pero sin pausa -afirma-. Construir y mantener una instalación experimental como ésta requiere recursos humanos de primer orden. Pudimos desarrollar un grupo que está al más alto nivel internacional."

jueves, 8 de noviembre de 2007

Hay Vida.

Hay como cierta desolación, cierta falta de comunicación, cierta interferencia. En cualquier lugar del mundo alguien ahora está escribiendo algo que nadie nunca va a leer. Hay miedo.

Algo de tristeza fluye por las venas, hacen eco en mí canciones de los Smiths o de Roberto Smith. Siempre falta algo, hay carencias, insatisfacción y anhedonia de garcía desparramada por todos lados. Hay vacío y no se puede ver.

Una sociedad tóxica que intoxica todo, una sociedad que exige que uno se amolde mientras uno se amolda a sociedades sin molde. Una falta de congruencia, una contradicción, una necesidad imperiosa de vivir una mentira.

No hay movimiento, hay tiempo lineal. Partículas desplazadas por el espacio buscan la estática. La máquina del movimiento continuo es sólo una ilusión. Hay equilibrio.

Cierta cantidad de cosas que un día cierran. Hay fines, hay principios.

domingo, 4 de noviembre de 2007

El oxímoron snob mediocre

Es significativo, o, mejor dicho, resulta paradójico que nunca lleguemos temprano a nada. Nacemos con un reloj colgando de nuestra pija o dentro de nuestra concha, y a medida que el tic tac se reproduce en la dimensión inoportuna de los años, las agujas comienzan a descifrar un destino convencional, cliché: lo único que importa es la posibilidad de decir te amo. El discurso de los últimos años se mantuvo en una perspectiva de queja y de oposición dentro de los lugares más convencionales del mundo: las academias. De pronto, la vida pasó a ser un montón de libros donde el único resto de sabor estaba en alguna botella de vino tinto, o, cuando uno quería ser todavía más mediocre, en una damajuana. La literatura finalmente se despojó de los hombres y, con el objetivo conseguido, los hombres se pusieron a descifrar los mecanismos de la reproducción. Poco a poco, todo comenzaba a trasladarse a esa posición neutral, aburrida, consagrada para, a su vez, consagrar el círculo notable de imbéciles creyendo escuchar las palpitaciones de una voz con la certeza de que eso era música y eso era ser pop. Sin espacio para los remordimientos, el lugar más propicio para la desolación ya no era ni la etimología ni la isla, sino la propia habitación. Así, encerrados en un cuarto, el reloj de nuestras pijas y conchas comenzaban a neutralizar el placer en un estallido de aburrimiento, plagado de estadísticas y fines que derivaban en aburridas menciones de honor, o en imperfectas palabras de cariño. Con las pijas paradas y las conchas humedecidas, todos comenzaban a caminar y chocarse contra las paredes que limitaban la posibilidad de una partida, así como también afectaban, de un modo agónicamente sencillo, el reproche de lo banal frente a una circunstancia acomplejada por lo defectuoso de la percepción. No resultaba una manifestación rebajada a los parámetros de la servidumbre, sino que todo se reducía al hecho de explicitar la correspondencia entre la fuerza expansiva del desarrollo y la exposición del complejo temático que involucra el primer martillazo de una marcha. En ese plagio que aseguraba el exotismo, también se amedrentaba la posibilidad de salir indemne de un cáncer que se te metía por la nariz más rápido que la cocaína. Y con todo eso encima, el tic tac que colgaba de nuestras pijas y dentro de nuestras conchas llegaba a un punto límite donde nos convencía de las penurias y los tiempos salvajes con el presentimiento de que, después de todo, el mundo implicaba un contrapunto con la obertura de la infamia. Así de simple, pero jamás tan difícil como el comienzo mismo de una vieja nota representada en el preludio de una sinfonía reducida a la idea irreverentemente clasista de llamarse yo.

jueves, 1 de noviembre de 2007

a Elisabeth Craig

Todavía me doy vuelta para ver si estas. Claro que lo hago sin darme cuenta y por lo general me choco a alguien que viene caminando de frente, ¿eso fue lo ultimo que me dijistes no? qué me chocaría a alguien que viniese de frente, porque siempre los que vienen de frente se dan vuelta después de un par de pasos buscando vaya a saber que. Por suerte no todos se dan vuelta, ni van de frente en simultáneo, simplemente porque eso haría imposible distinguir entre ir de frente o ir volteado. Volteado quede el día que te fuiste por el frente, y ahora que lo pienso no entiendo porque todavía me doy vuelta para ver si estas detrás habiendo dejado tan claro tu rumbo. Quizás todavía me doy vuelta; media vuelta en la cama, en mi memoria, para ver si logro tocarte con los ojos cerrados un ratito. Pero hasta el mas tonto sabe que el tiempo se lleva a las patadas con el espacio. Así que estuve probando darme vuelta en el mismo lugar, un giro reverberado, un giro para adentro, y me di vuelta: di un montón de vueltas, y, paso lo que pasa siempre con eso, me desoriente y encontré que mis manos que se habían ido para ver si estabas del lado de la pared-que era tu preferido- tenían escrita esta frase de un libro tan viejo como esto…….” siempre recordó aquel ultimo encuentro, sobre el que carecemos de información segura, como una pesadilla”.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Educaditos

El fanático lector de las jirafas sabrá que este no es el post original, pero no importa, ahorremos comentarios innecesarios. Habían las jirafas creído oportuno compartir con vosotros su material de lectura. En esa oportunidad los invitaban a leer dos grandes obras:

LA CONJURA DE LOS NECIOS (de John Kennedy Toole)

y

FLORES ROBADAS EN LOS JARDINES DE QUILMES (de Jorge Asís)

Las dos obras completas pueden ser descargadas haciendo click en los títulos. Sin más.

Muy atte.

jueves, 18 de octubre de 2007

parque cívico

Como todavía no sé cómo llegué a esto, intentaré recapitular mi vida. A partir de ahora en más compartiré con vosotros mis más grandes experiencias de pequeño. Las que han determinado que esté así. Hoy: Los juegos del Parque Cívico.

Uno de los más grandes golpes que me di de niño fue en el múltiple de los juegos ubicados al lado del Parque Cívico de Berisso; parecido a una plaza, en realidad es un sector del Parque donde se ubican las hamacas, la calesita, los sube y baja, los aros, la pequeña calesita para cuatro y el mencionado múltiple.

Ese golpe que me di pudo haber determinado que yo quedará así de bobo o así de brillante, todavía no terminó de saber si es que me acomodó un par de ideas, o si directamente las desafectó por completo. Si quieren les comento como fue, sí? Bueno, resulta que estaba yo en lo alto del múltiple, el que no sabe lo que es, que lo imagine porque no pienso explicarlo ahora (dudas => salgan a la calle viejo). Estaba yo en lo alto, y no iba a bajar por el tobogán porque mi hermano mayor había bajado por lo que en su momento fue una trampa de redes de cadena, ahora no sé en que estado estará, pero no me dispersen, lo único que recuerdo es que en ese momento no había nada, un par caños, con ganchos, cero cadenas, vacío y tres metros de altura apróximadamente.

Mi mente es extraña, dicen que los recuerdos son construcciones, los míos se construyen a partir de instantáneas, recuerdos viejos y nuevos, imágenes que creo recordar, reales o soñadas, se me presentan como fotografías que yo tengo que unir con nexos causales aunque muchas veces no recuerde cómo ni por qué. Los recuerdos que tengo de esa tarde son: Una imagen de mi humanidad arriba del múltiple, otra en el suelo con la pera rota, otra en un negocio que en su momento creo que era una heladería, con una servilleta de papel, la pera rota y un vaso de agua. Y me acuerdo de mi abuela, en su mundo, no sabía cómo hacer para explicarle a mi madre que otra vez su nieto bobo se le había lesionado. Eso lo entendí más tarde, en ese momento estaba pensando en helados creo, o tal vez en las circunstancias de esa heladería, en mi precariedad, en lo precario del mundo exterior.

Nunca supe manejarme con lo que sucedía fuera de mi casa, nunca entendí a mis compañeros de grado y por eso nunca más volví a verlos después de terminar la primaria, salvo a uno, por un año. Nunca entendí a Berisso y creo que tampoco nunca entendí a la Argentina, luego me di cuenta que en realidad no entendía al hombre. En mi burbuja, mientras tanto, creía que mi casa era el mundo y que en realidad mi vida y mi visión de las cosas, era casi igual a la de todos.

A mis compañeros cuando venían a mi casa y me decían de jugar a algo o ir a la calle, les decía “podemos escribir cartas, armar rompecabezas”, tenía doce años, un enfermito, a los once lo hice anotarse conmigo a un compañero en un taller de literatura, ay! Me dan ganas de compartir con vosotros uno de mis primeros escritos!!! Pero no.

En esa misma plaza mi abuela perdió en otra oportunidad su billetera, junto a la muchacha que vendía garrapiñadas, su hermano años más tarde cursaría conmigo sexto o séptimo grado, Daniel se llamaba, me decía ET porque yo solía desarticularme los huesos de la mano, Daniel, sí, también me decía marciano, él y su familia tenían el monopolio de la garrapiñada en el Parque. Una vez me cambió un sellito verde de garfield que seguramente no era suyo por una tarea y una lapicera mía. Imaginé que era un buen negocio y accedí a realizar la operación. Su hermanito menor, nunca me cayó bien, era salvaje y federal, me daba miedo, siempre fui un maricón, ah sí sí, en ese entonces éste bárbaro (hoy sería una dulzura) fajaba a un amiguito mío. Era rara esa época, uno nunca sabía por qué pero había días en que te surtían y sin necesidad de causa. Aunque causas siempre hubo.

En cuanto a la calesita, la verdad es que todos los recuerdos que tengo de ella son extraordinarios, sí sí, era una gran calesita, un gran calesitero, abuelo de un amigo de mi hermano, una de las pocas personas de Berisso que recuerdo con una mezcla de alegría y nostalgia, cómo me hizo creer ese buen hombre que yo realmente era capaz de obtener la sortija por mis propios medios, es sencillamente sublime. Yo me creía un verdadero dios de la calesita, un pelotudo, niño, feliz en el mundo abstracto.

martes, 16 de octubre de 2007

Personajes

Fin de la conversación telefónica:
-Pasa que somos tan reales que la gente nos ve como personajes, por eso nunca seremos tomados en serio - dijo ella.
-Es verdad, nunca lo seremos, pero no estoy tan descontento con eso - dijo él.
-Y bueno, seguiremos siendo putitas.
-Seguiremos.
-Te mando un beso.
-Te quiero mucho.


En la heladera de ella está el champagne. Un regalo que iba a ser compartido. Pero antes estuvo el vino, la cerveza, el cigarrillo de marihuana y el amor que se amoldaba con la música y se burlaba de la televisión. Esto es un buen momento, pensó ella. Tampoco necesitaba decirlo, estaba a la vista. La misma sed lo demostraba. La sed de los que no tienen miedo a morir, sino la de los que tienen miedo de no poder vivir ni un poco. La sed era grande, pero también lo fue la abundancia. Fue grande por lo sorpresiva. La abundancia siempre la sorprende: no la conoce, no la vive, pero a veces la experimenta. Es por eso que se mostró agradecida. Lo decía su cuerpo, su boca, su armada y también su redención. Los ojos de ese que había traído el champagne también se mostraron agradecidos, tal vez porque sabía lo que era la abundancia, pero no había conocido a nadie que la disfrutara tanto. Entonces el champagne quedó para otro momento, la sed ya había sido satisfecha, pero también la botella en la heladera oficiaba de símbolo para un nuevo encuentro en el que sí compartirían el regalo.



El se topó con Verónica, o tal vez con Veronika, suena más extranjero, más glamoroso, más exótico. En realidad Verónica o Veronika es un nombre lleno de libertad para mutar por el simple motivo de que es falso. Verónica o Veronika responde a un nombre masculino, según lo dice el Documento Nacional de Identidad. Pero ni su voz o mucho menos sus caderas se identificaban con ese nombre elegido por sus padres y escrito por un empleado público de vientre abultado. La sed de Verónica (o sus variaciones que no volveré a mencionar) lo llevó a él a encontrarse con su propia sed: la de ser otra persona. Verónica pedía a gritos esa semilla de maldad para enfrentarse con un mundo un tanto más grande que el de su propia casa. Parecía ofrecer su espalda para el duro látigo de la palabra y así convertirse en esa mujer que tiene las riendas, pero no las muestra. Para cada insulto de él y también para cada elogio, la respuesta de Verónica se mantenía uniforme: cómo me calentás.



Cuando ella se encontró con él, se creía salvada. No podrían estar juntos porque ambos habían elegido el mismo camino. Pero al menos él daba hasta lo que no tenía y ella también. El vivía de forma intensa, y en eso también coincidían Pero por sobre todas las cosas él podía verla tal cual era. Siempre le parecieron antipáticos los que vieron sólo los defectos o sólo las virtudes. Incluso en muchas ocasiones esas dos clases de personas se alojaban en un mismo hombre, sólo que en etapas distintas. Virtudes en la idealización. Defectos cuando la mujer se hacía carne. Pero con él no pasaba eso. De una manera insual se sintió amada. La carencia no volvería a entrometerse en el banal camino de la vida. Lo importante ya estaba de su lado. Por eso, con la ayuda de él y con el pensamiento en blanco, le dió la bienvenida a ese otro que le trajo el champagne.

Alemán, 30 años: un CK One versión limitada, cítrica, para el verano. Alemán, 40 años: una caja de bombones en forma de corazón y la obra de Göethe en su idioma original. Inglés, 33 años: una lapicera Mont Blanc. Argentino, 25 años: un cristal de murano. Estadounidense, 42 años: un compact grabado y una carta con una excusa estúpida. Este es mi rincón de los recuerdos, como verás, soy una putita, dijo él. Creo que voy siguiendo tus pasos, dijo ella al recordar el champagne. Una botella llena que esperaba la sed de un llamado, un elemento para construir el propio altar. Pensó que un regalo es la mejor manera de dejar la última huella cuando no se vuelve y recordó a ese que lo había traído, para el cual el momento también había sido bueno. Parece que te los cogés muy bien, dijo ella al reír, cuando en realidad pensaba: también reconocen la sed en vos.

A veces pienso que los hombres que tuve no salieron conmigo porque le gustaban mis tetas, salieron conmigo porque más bien me las envidiaban, dijo ella. El comenzó a reír. Hablo en serio, las tetas son una gran metáfora, pero bueno, siento que codiciaban ese rasgo mío que también veo en vos. ¿Qué rasgo? La intensidad con la que vivo las cosas. Bueno, la gente está muy aburrida, dijo él. ¿No te parece que nada es real en estos tiempos? ¿Por qué lo decís? Porque las cosas se sufren hasta ahí y se disfrutan hasta ahí, pelear no significa nada, crecer no significa nada, luchar no significa nada, coger no significa nada, amar no significa nada. Es verdad, la belleza y el amor están muy devaluados y la inspiración de muchos se transforma en la vergüenza de nuestros tiempos. Tal cual, y lo peor de todo es que por ser una persona real te tildan de personaje. Tal vez denominan personaje a todo lo que no es usual. Ambos se quedaron en silencio por unos segundos ¿Sabés que pienso?, dijo ella ¿Qué? Que el amor de los hombres a veces tiene demasiadas cosas en común con los celos de las mujeres. No pienses así, pero contame de tu vida ¿tomaste el champagne? No, no entiendo por qué no llama, él no tiene nada que envidiarme.

Tengo miedo de que Verónica me deje, dijo él. No te va a dejar. Es que no puedo sostener siempre una impostada maldad, el otro día me puse a llorar después de que me regaló una camisa, me sentí mal y é dijo que no tenía sentido, que quiso hacerme ese regalo. Claro que quiso. Pero yo le dije que el regalo de él, como todos los demás, eran inducidos. ¿Y qué te dijo? Nada, se puso a llorar también, es que cuando lo conocí quise saber que era estar del otro lado, del lado alemán, estadounidense, inglés; muchas veces estuve en su situación y ví en su cara inexperta la oportunidad de redimirme. Pero ahora te estás dando cuenta que siempre quisiste un par, que no querés que te basureen, pero tampoco querés basurear. Tal cual, y si quiebro, tengo miedo de que me deje, él dice que no, pero yo sé que sí; la verdad a veces es difícil de asimilar, pero me cuesta sostener este personaje todos los días.

Antes del fin de la conversación telefónica:
-Che, te dejo porque Verónica está mirando el piso con cara de tristeza.
-No te dejes engañar, te mira el bulto.
-No te creas, tenés que mirarle la cara de chica enamorada entristecida porque no la miro durante la caminata.
-Te estás convirtiendo en un pollerudo.
-Puede que sea real, pero mejor te lo reconozco cuando nos veamos.

jueves, 11 de octubre de 2007

Buenos Aires

Aún no estaba seguro sobre qué iba a tratar, pero sin duda ése era el nombre que debía tener. Espéreme un momento joven, creo que lo tengo por acá, entre estos libros, a ver, sí, acá está, tomé, léalo, sí, ahora, cuándo si no, jamás lo publiqué ni pienso hacerlo, eso es lo primero que escribí en mi vida, lo más difícil quizá, y eso me lo llevo a la tumba, usted es el primero en leerlo, pero eso no me preocupa, confío en su silencio, o en el arte de su reproducción, en todo caso. Regreso enseguida, mientras tanto, léalo.
“Solos en pleno ascenso hacia la colina en la que estaba su casa Anselmo jamás iba a pensar que a mitad de camino su esposa moriría de un paro cardíaco así sin más de improviso y tampoco Anselmo imaginaría que en el momento en que le dejara de latir el corazón su mujer caería hacia atrás quizá llevada por el peso de las bolsas de patatas que cargaba en su espalda y comenzaría a descender en un sin fin de vueltas hasta que un camión que venía en ascenso le pasaría por encima como si no hubiese atravesado más que un simple desperfecto del asfalto para luego esparcir partes de su cuerpo y de su sangre por todo el cemento. Anselmo jamás imaginaría ser testigo privilegiado de todo eso así como su esposa Felisa nunca pensaría que esa misma mañana cuando se preparaba para bajar al pueblo a realizar las compras de la semana junto a Anselmo iría al establo y se encontraría con su hijo Francisco dormido desnudo y abrazado junto a su tío el hermano de Anselmo Rodrigo que estaba en las mismas circunstancias que Francisco su sobrino el hijo de su hermano. Mucho menos iba a pensar que en ese preciso instante en que ella entraba al establo Francisco abriría de a poco sus ojos marrones claros y la vería a ella de pie en un silencio inmóvil y abrupto y notaría cómo de los ojos de su madre descenderían dos lágrimas indiscretas tan abruptas y tan inmóviles como el silencio. Tampoco debería haberse imaginado que así como se despertaba su hijo también lo haría su cuñado sólo que Rodrigo a diferencia de Francisco no permanecería sobre los fardos sino que haría la manta a un lado se levantaría con suma rapidez revelaría la desnudez de su cuerpo a su cuñada y como un loco iría en busca de su ropa se vestiría y huiría de allí sin mirar ni decir nada a nadie. Francisco por su parte no imaginaría que la madre luego de haber visto esa situación le diría que lo esperaba el desayuno y también su padre que le daría algunas tareas para realizar en el campo mientras ellos descendían al pueblo a comprar lo necesario para la semana y luego de todo eso Felisa daría media vuelta y regresaría a la casa como si no hubiera sucedido nada. Pero lo que nunca nadie jamás imaginaría era que Rodrigo sumamente angustiado por la posible y más que segura reacción de su hermano luego de llegar a su casa y meditar por largo tiempo sobre qué hacer huir o enfrentarlo y decirle que después de todo ambos estaban enamorados abjuraría de ambas posibilidades tomaría su escopeta se subiría a su camión para ir en busca de su hermano con la firme decisión de matarlo y luego hacer lo propio con Felisa. Finalmente Rodrigo jamás iba a imaginar que en el ascenso a la casa de su hermano le pasaría por encima al cadáver de Felisa pero sin darse cuenta y que recién se detendría al ver a su hermano que lo miraría con el mismo silencio tan inmóvil y abrupto con el que a la mañana los habría de sorprender Felisa. Rodrigo no soportaría que Anselmo ignorante de todo lo que habría ocurrido con su hijo lo mirase de ese modo y entonces tomaría el arma del camión y le dispararía dos veces al cuerpo de su hermano que caería sobre el asfalto pero a diferencia de Felisa sin rodar ni ser aplastado por nadie. Pero aún habría algo que escaparía a la imaginación de todos y es que en el momento en que Rodrigo dispararía sobre Anselmo Francisco se enroscaría una soga al cuello y la sujetaría al aljibe y se arrojaría por el agujero y moriría con dos lágrimas rojas que surcarían sus mejillas pero que nadie jamás vería ni Anselmo ni Felisa porque estarían muertos y tampoco Rodrigo que nunca lo encontraría y que nunca se le habría ocurrido mirar en el aljibe y que entonces se suicidaría con el mismo arma con que mataría a su hermano porque antes que el abandono preferiría soportar el peso fugaz y devastador del plomo. Todo esto recién lo descubriría o lo imaginaría un brasileño llamado Felipao que llegaría a la mañana siguiente y vería a los dos cuerpos en el asfalto luego subiría hacia el establo para al fin dar con los restos de los otros dos y entonces miraría en su mano las palabras que escribiría al escapar de la prisión y comprobaría con cierta sospecha que su destino una vez más luego del ascenso estaba cifrado.”
Veo que ha terminado de leer, bueno, ahora sabe por qué eso jamás debe leerlo nadie, eso no es más que una mera aproximación hacia mi propio abismo. Usted tal vez se pregunte por qué no lo he destruido, quizá no, digo, tal vez nunca se preguntó eso, pero sepa que yo sí lo he hecho, es más, todos los días lo hago, por más que lo lea muy cada tanto, cada vez que pienso en ese relato no hago más que preguntarme qué es lo que me lleva a preservarlo, pero luego viene un momento de calma y de esclarecimiento, y ahí es cuando me siento, sonrío y me pongo a recordar mis días en el encierro colombiano, y luego observo todo esto, estas paredes, estos muebles, estos libros hasta que al fin me acerco al balcón y observo el jardín botánico. Ahora bien, necesito, antes de que se vaya, que me cuente cómo es que me descubrió acá, en Buenos Aires.

Pensamiento único.

El ser humano necesita etiquetar todo, ver cuántos animales hay en el planeta para ponerles nombres a todos antes de invadirlos y extinguirlos, ver cuántas estrellas y piedras hay en el universo para estamparles denominaciones que combinen letras y números y no signifiquen nada, como por ejemplo X1X228F o plutón.

Las jirafas de a poco han entendido a los hombres y se han visto obligadas a etiquetar sus reflexiones, sus sensaciones. Como lo mío no es más que una visión distorsionada y autoritaria de las cosas y que lejos de ser original se limita a reiterar conceptos ya dichos por otros, hasta por las mentes más débiles del cosmos, las caratule como quise y pude.

Pero chicos, chicas, no, no se enojen conmigo, hago lo que puedo…

martes, 9 de octubre de 2007

cuatro ideas sin elaborar

Tragedia.

Tragedia no es que a uno lo tiren del tren en movimiento para robarle un walkie talkie sin pilas ni antena. Tragedia es que a uno lo tiren del tren en movimiento para robarle un walkie talkie sin pilas ni antena en la estación Ezpeleta, esperar dos horas a un parámedico que no sabe que uno tiene alergia a la penicilina. Perder una pierna en el camino y la vida al llegar a un boulevard, a seis cuadras de un hospital sin camillas, insumos, ni médicos que sepan que es lo que la gente tiene últimamente que a pesar de sus esfuerzos y sus venerables diplomas se muere; médicos que ni siquiera saben que lo que pasó fue que uno simplemente tuvo un mal día.

Excentricidad.

Uno no termina de saber nunca si es excéntrico por haber nacido en Argentina o si eligió nacer en Argentina entre tantos países en el globo, de puro excéntrico.

Paz.

Muchas veces me preguntaron los jóvenes en la calle (por no decir nunca en mi puta vida), cómo hacen los monjes del tibet y otras regiones incomprensibles, para estar tan bien con la naturaleza, y la vida y etcéteras. Yo intenté explicárselos de la manera más adulta y sencilla “chicos, es que a los monjes del tibet la vida, el hombre, el hambre y los más altos conceptos, por no decir, la consagradísima concha de la lora, les chupa un huevo”.

Progreso.

En las grandes urbes, a diferencia de lo que sucede en las áreas de menor densidad poblacional, la gente es lisa y llanamente caca y de las más frescas. El interés individual prima por sobre el general y en pos de esa maravillosa premisa todos se sienten con permiso para realizar toda clase de latrocinio. El concepto de la moral y las buenas costumbres, es reemplazado por “me llego a dar cuenta que me cagaste de nuevo y voy a tu casa te mato al perro y te rompo las rodillas con una maza mientras duermes” (finalizando con un escupitajo al suelo firme y gesto de “soy el ratón alfa”).

Por eso es que nos va tan bien a todos, y cada vez mejor, como a los monjes del tibet.

sábado, 6 de octubre de 2007

El ascenso

Sin que nunca nadie me dijera que lo que estaba oculto en mi propia conciencia era una porción análoga a una frase completamente violenta, ya que bajo la forma de la escritura había encontrado la posibilidad de mi calma, tomé la birome del bolsillo de la camisa del guardia que yacía en el suelo sobre un charco de sangre que de a poco cobraba mayor tamaño, y al llegar al primer árbol que me ocultaba de la cárcel, en la palma de mi mano escribí el nombre de mi primer relato: El ascenso.

jueves, 4 de octubre de 2007

Conferencia de Prensa del Deté de la Selección de Chaco

A la misma asisten las y los periodistas deportivos mejores y peores pagos de toda la nación. Esta es parte de la conferencia:

PERIODISTA A: Por qué se perdió Alfio?
ALFIO: Creo que no merecimos perder, ellos hicieron un planteo defensivo y nosotros no aprovechamos las oportunidades que tuvimos.

PERIODISTA B: Alfio, Cómo viste al equipo?
ALFIO: Lo vi bien, estos jugadores están para mucho

PERIODISTA C: Dónde falló el equipo Alfio?
ALFIO: Si ves el partido, tuvimos muchísimas más chances que ellos, pero no tuvimos claridad a la hora de definir. Defensivamente pagamos caros un par de errores.

PERIODISTA D: Qué te pareció Bondiola?
ALFIO: Me gustó, como el resto del equipo, creo que en líneas generales fuimos ampliamente superiores, pero un par de errores nos costaron el partido.

PERIODISTA E: Y Leonel, sintió la presión de la camiseta?
ALFIO: No creo, no. Creo que jugó muy bien, es chico, creo que lo que está haciendo en Europa demuestra de lo qué es capaz.

PERIODISTA F: En líneas generales por qué se perdió entonces?

(Si el lector es un poco sagaz, por no decir, tiene un coeficiente intelectual suficiente como para distinguir el fuego que quema del agua que moja, alcanzará a visualizar que estamos girando en círculos, pero esto es sólo el comienzo)

ALFIO: Creo que no supimos como meterla en las tres o cuatro jugadas claras que quedamos para definir, creo que se puede solucionar con los partidos.

PERIODISTA G: Crees que este equipo puede revertir las cosas?
ALFIO: Sí, claro, confío plenamente en los muchachos, sé que van a sacar las cosas adelante.

PERIODISTA H: Te quedas con un sabor amargo por la derrota ante Tonga?
ALFIO: La verdad que sí, sabemos que son partidos preparatorios para la Super Mega Maxi Copa, pero ganar es siempre estimulante.

PERIODISTA I: Dónde crees que estuvieron los errores Alfio?
ALFIO: Y, a la hora de definir, tuvimos cuatro o cinco situaciones claras de gol, pero no tuvimos suerte.

PERIODISTA J: Cómo lo viste a Leonel?
ALFIO: Lo vi bien, es un fenómeno, pero es chico todavía, hay que darle tiempo.

PERIODISTA K: Alfio?
ALFIO: Qué?

PERIODISTA K: Por qué se perdió?...

La Conferencia de Prensa se prolongó otros quince minutos más y finalmente cerró con un:

ALFIO: Bye.

martes, 2 de octubre de 2007

El capitalismo anticapitalista

Nota editorial: Las jirafas no se hacen responsables por el contenido de la presente nota, la cual corresponde a la Comisión Investigadora en su misión por decodificar los Cuadernos Gran Jefe.

Fe de erratas: La presente nota es solo un fragmento de algo que creemos hubiese sido revelador para un análisis más acabado de los cuadernos Gran Jefe. Lamentablemente el primer párrafo es imposible de reproducir por las inclemencias de los años, y, muchas manchas de café han interrumpido la aplastante prosa de cuadernos Gran Jefe. Sin embargo, el rescate de este documento ha sido uno de los más difíciles trabajos afrontados por esta CI, haciendo merecedor la publicación del contenido recuperado.

El capitalismo anticapitalista.

...“……mientras que Spinetta es un artista plástico devenido en músico. Representa de esta forma, toda la sbornia planetaria.

….Es el icono consumista de porquerías que habla con los ojos absortos en un horizonte místico mientras intenta explicar un cuadro todo blanco con una voz aflautada y unos pelitos de madonna de recoleta…..

….que solo puede ser consumido por los nuevos estetas posmodernos, es decir, gente que cree que no cree en la superficialidad de la belleza cuando sus parámetros estilísticos dirigen su vida. Spinetta es la encanizacion profana de la hipocresía nacional que mira desde un par de anteojos un mundo que cree inferior para la magnificencia de su ser que lamentablemente tiene que transitar entre subnormales que no terminan de comprender la profundidad de su espiritual mensaje adornado de acordes….

….la suficiencia de la mirada que rodea a este escultor de la imagen, donde lo desaliñado se calcula con escuadra para provecho de sus ventas, se basa en fanáticos que procrean el culto al prócer, haciendo de cada gesto suyo una entrega en fascículos de su supuesta genialidad….

….. que me repugne mas que el negocio del antinegocio, del antisistemico funcional, en fin, del capitalista que pide los billetes para quemarlos y luego olvida los fósforos…. “

Nota: La Comisión Investigadora reproduce textualmente lo que encuentra en los palimpsestos de los Cuadernos Gran Jefe, por lo tanto no se hace responsable del contenido de la presente.


PD: La Comisión Investigadora cree haber encontrado en uno de los márgenes superiores de un Cuaderno Gran Jefe una inscripción que reza; “seguro que te gusta el coliflor”, sin embargo ha decidido no incluirlo en el texto que antecede por considerarlo de dudosa autoría.

domingo, 30 de septiembre de 2007

rubik

Tengo un libro de respuestas para todas las preguntas que crees importantes, se llama “billiken”. En un cajón, en una cómoda, al lado de una cama en una pieza alguien guarda un libro que no es éste y de noche cuando no puede dormir lo abre y lo empieza a leer, pero nunca corre de pagina el marcador y entonces siempre comienza la lectura desde el mismo lugar, no lee más de tres páginas cuando siente ya que sus ojos se queman y su mente no comprende lo que las palabras dicen. Se duerme. Simplemente necesita querer leer ese libro, ése y no otro.

Hay gente que puede estar horas concluyendo que la gente se equivoca con ellos, que ellos no son lo que los demás creen y que ellos no son culpables de haber generado “tantas expectativas” en el resto. Suelen tener reflexiones conmovedoras como las siguientes:

DIÁLOGO 1.

A: “pero pensé que querías ir al cine…”
B: “no, no entendés que no me conociste nunca.”

Esa conversación pudo haber sido tranquilamente la trágica consecuencia de un café en exceso azucarado, o todo lo contrario. El asunto es que para ellos es importante destacar con vehemencia lo incomprendidos que son, lo difícil que es para ellos no ser merecidos ni reconocidos. En esencia son una patada a las pelotas de lleno y con furia, entrañables a veces, pero insufribles como gatitos y gatitas en celo.

o


DIÁLOGO 2.

A: “te gusta el chocolate negro o el blanco?”
B: “ESTOY HARTO/A DE QUE ME PONGAS A PRUEBA!!!”

o

(y esta última es una verdadera genialidad)


MONÓLOGO. (repetir x3600 diarias)

a: ”No me hagas caso, es que soy taaaaaaaaaan (con énfasis y un suspiro) complicada/o. Ni yo me entiendo a veces (los párpados ensayan un gesto melancólico, el acto de víctima posmoderna es nuevamente brillante, se cierra el telón y un par de par de manos que nunca sintieron ni de cerca una pala aplauden la escena hasta la pérdida del conocimiento).”

No, no! Amiguita, amiguito, no se confunda, usted no es complejo, es de hecho más fácil que conseguir puntero de paco en buenos aires; usted es, y lo remarco, una persona que disfruta de escucharse hasta el hartazgo y sobre todo escucharse a sí misma diciendo una vez tras otra lo mismo, no, no, compleja no, usted es fáctimante un cubo rubik completamente rojo.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Sobre la palabra cariño

Creo que a medida que pasan los años uno se asume cada vez más ignorante. Buscas aprender de todo y encontrar explicaciones para lo que no fue como querías que fuera. Bordear lo perfecto y así, tal vez, encontrar un poco de aprobación. La palabra aprobación es sólo un disfraz que cubre a otra palabra, un tanto más tonta en los tiempos que corren. Esa palabra es cariño.
Entonces buscás perfeccionarte sólo para ganar un poco de cariño. Tratás de decir lo correcto, pensar lo correcto, ascender lo correcto, escribir lo correcto, y elegir los momentos correctos para ser políticamente incorrecto.
Y por eso, en esa carrera tan vertiginosa por "ganar cariño" uno tapa los costados de sus ojos como un caballo de carreras. Casualmente, en los costados de los objetivos se encontraba el cariño que estaba y que no requería luchar por él. Ese para el cual no importaba ser correcto ni perfecto, ese cariño ignorado en pos de las metas, en pos del orgullo de no mendigar a pesar de las carencias, en pos del individualismo y en pos de una guerra eterna con un mundo que no siempre está a la contra.
Con la sed de aprender hay una cosa que no he aprendido (y aquí abandono todo tipo de máximas). Esa cosa tan tonta, tan menospreciada y tan escencial como dejarse querer.
Hoy quité los parches de los costados de mis ojos y de a poco puedo ver la luz. No digo que no me duela dejar atrás a esa chica de la búsqueda eterna. No digo tampoco que no tenga miedo a encandilarme. Pero por algo se empieza...

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El fin (o la segunda parte de "un relato tomado de los huevos")

Los ruidos se agotaron de pronto, como si el mismísimo aire hubiera presionado el botón de stop de la radio que los reproducía. Vieron, era esa droga puta, dijo el Huevo, pero incluso él supo que eso que había dicho era una tremenda estupidez, quizá la más grande de su vida, aunque hoy me parece que no, que sólo fue una estupidez más de las tantas que ya había cometido. Pobre Huevo, la primera lanza entró de lleno en su ojo, y él abrió la boca, pero no pudo sacar ningún sonido, todo se consumió en ese gesto. De tal manera lo sorprendió el impacto que ni las cuerdas vocales contaron con el suficiente tiempo para dejar escapar el último quejido. Una muerte violenta, que se presentó sin disimulo y que lo dejó boca arriba con la lanza metida en el ojo, y mis ojos, fijos en el ojo del Huevo, ahora un agujero; esa era la entrada de la muerte, comprende lo que le digo, señor Felipao, ese agujero, y por allí entraría Toni, y luego seguiría yo.
Pero sólo Toni acompaño al Huevo en la muerte. La lanza entró de lleno por el medio de su pecho, y allí quedó, sentado en el suelo, apoyado contra el tronco de un árbol y con la cabeza gacha. Seguro de ser el próximo, me acerqué hacia él, levanté su rostro y comprendí, con mucho dolor, que ni siquiera la muerte le había dado alivio. Es que usted bien sabe, señor Felipao, la vida acá es muy dura, pero mal o bien uno se acostumbra a eso. Toleramos la miradas de los europeos que vienen a reivindicarse por estos lados, de los latinos con pasta que se creen europeos, y de los yanquis putos que viene a regocijarse de su dinero consumiendo toda clase de drogas y de putas. Uno se acostumbra a todo eso, acepta lo que es, quizá para no pensar demasiado en eso y, al fin de cuentas, terminar por ser absolutamente nada, eso, ser nada, calculo que así se vive un poco mejor, o más tranquilo, pero yo que sé, yo sólo soy un sobreviviente de esa tarde de horror, el más bestial, el más absoluto, un horror que no se compara con ningún otro, digo, el horror completamente imprevisto.
Me senté junto al cuerpo de Toni a esperar lo inevitable. Quizá piense que le esté haciendo un poco largo este cuento, pero sólo para que me crea, sólo para eso, comprende lo que le digo señor Felipao. En verdad desde la muerte del Huevo a la de Toni no transcurrieron más que segundos. Zac, una lanza en un ojo, zac, otra en el pecho, y yo, sentado, me jugaba todo a que a mí me tocaría en medio de los huevos. Pero no. Entre los árboles y arbustos vi salir un ángel. Sí, lo que le digo, un ángel, bueno, o al menos eso fue lo que al principio creí, porque uno jamás puede pensar que semejante belleza puede ser la causa de tanta muerte inútil. Se acercaba a mí, toda desnuda, una figura esbelta, de cabello castaño, y ojos claros, no sé si celestes o verdes, tal vez eran grises, no lo sé. Caminaba lento, y yo me dije bueno, después de todo no es malo morir en manos de un ángel, quizá me viole, luego me maté y al fin, después de todo eso, descubra la felicidad. Pero no sucedió nada de eso, ni violado ni muerto; de pronto la muy puta abandonó toda la calma angelical y se dirigió rápido hacia mí, como si tuviera la necesidad de cagar tanto fuego para no soportar en mi cara tanto miedo y un llanto próximo a estallar. Pero cuando ya me imaginaba mis pelotas fulminadas y mi cuerpo descuartizado colgando de algún árbol de esa puta selva, la mujer se detuvo, me miró directo a los ojos, y mencionó un nombre muy raro, qué, pregunté, y ella volvió a repetirlo, hasta que al fin pude comprender que preguntaba por un tal Ulises. No sé nada, dije, nada, en serio, yo sólo llevo esto, y le mostré la coca, pero la muy puta no hacía más que repetir ese nombre, y entre tanto grito y repetición, el miedo se me debe haber ido a la mierda, porque ahí me paré y me dije a esta puta le voy a demostrar lo que es un hombre. La tomé del brazo, la acerqué hacia mí, y cuando ya estaba por tirármela, sentí un ardor enorme en medio del culo, que después se convirtió en el dolor más espantoso que un hombre debe haber sentido en toda la puta tierra. Grité y grité, me llevé las manos al culo y toqué la lanza que ya empezaba a bañarse en sangre. Miré a la mujer una vez más, ella se acercó muy despacio, de nuevo parecía ser un ángel, creo que lo fue todo el tiempo, creo que sólo quería alertarme de algo, pero no sé bien de qué, no creo que de la lanza en el culo; eso, con ella o sin ella, era todo un hecho. Se acercó y suave, muy suave, me dijo al oído, Ulises, y después caí desmayado. Cuando desperté la droga ya no estaba, tampoco los cuerpos de Toni y del Huevo, ni siquiera estaba la selva, sólo yo en ese puto hospital. Esta es toda la verdad. No sé por qué no morí, por qué no me quedé por siempre ahí, yo prefería eso, la muerte, comprende lo que le digo, señor Felipao."

domingo, 16 de septiembre de 2007

código fuente

Si hay algo de lo que no sé es de la vida y de la programación, por eso es que hoy voy a hablar de ambas, emulando a mis camaradas autoproclamados de izquierda que dedican su vida a hablar de autores que nunca leyeron y de otros que nunca entendieron, mientras comen sus rancias frituras en algún boulevard perdido en el mapa de américa.

La vida es en sí misma una larga programación, un programa. Todo viene en un paquetito abstracto, que dice install, setup o similar y luego uno se dedica a teclear enter y esc la mayor parte del tiempo.

Por lo tanto, esta vida tiene uno o varios lenguajes de programación como cualquier programa. Lenguajes como el basic, el c, el pascal, el c++ o el java aplicados a los procedimientos de la vida. Y así como en la informática hay cuatro clases de lenguajes: el lenguaje secuencial, el lenguaje estructural, el lenguaje orientado a objetos y el lenguaje lógico.

LENGUAJE SECUENCIAL

Ciertas personas programan su vida con lenguaje secuencial, son los típicos pelotudos que afirman como si fuese una virtud lo siguiente "no me arrepiento de nada", o pelotudeces como "si naciera de nuevo, tomaría las mismas decisiones que tomé", es decir, pelotudos secuenciales. Seres que no podrían arrepentirse del menor suceso, por temor a que la matrix les devolviera error y derivara ésto en el desafortunado fracaso del programa, el claro error de sus vidas.

LENGUAJE ESTRUCTURAL

Luego algunos optan por el cómodo lenguaje estructural, un lenguaje que en síntesis permite a las personas priorizar temas o asuntos. Es decir, gracias a la utilización de estructuras, habrá temas para ellos que serán más importantes que otros. El peligro que esto representa en un país de mentiritas como el nuestro, cuyos habitantes no han podido dejar de jugar al ludo nunca, de ser chicos que hay que asistir y que nunca asisten, y que culpan al compañero del banco por las miserias propias, por el poco o nulo amor que le tienen a la patria; el peligro real es que las prioridades no son tales y temas de caracter secundario, terciario o completamente irrelevantes adquieren entonces un interés fundamental. Pocos manipularán las débiles estructuras de muchos, estructuras que necesitaban cimientos, de pelotudos que en masa proclamarán, seducidos por mucho alpiste y aún sin haber existido en ese momento histórico que la revolución industrial fue un error, y que los culpables de tanta sangre tienen que pagar por sus pecados. Mientras tanto comerán sus finos carrés de cerdo en alguna avenida que no empiece con R y proclamarán hasta la vergüenza ajena, "¡viva la patria!". Mientras tanto en el barro, miles de inocentes presentes tal vez vivos se regocijarán con saber que no hay diferencia entre esta vida y el mundo del olvido. Y agradecerán por tantos otros que rezan por ellos y celebran grandes orgías en sus nombres.

LENGUAJE ORIENTADO A OBJETOS

Los más escupidos son los que programan con lenguaje orientados a objetos, se los acusa de las peores calumnias "frívolos!", "liberales", "ADÓNDE, dónde carajos está su humanidad!!!". Estos programadores asquerositos, mercantilistas, duermen tranquilos porque a nadie han querido convencer de lo mucho que no aman sus walkie talkies, de lo mucho que no extrañan un dólar barato y a un país donde cualquiera pueda y no estorbe. Arrojaremos huevos a sus casas e incendiaremos sus quintas!!! No son dignos de nuestra piedad, no queremos gente como ella en nuestras calles, no, no la queremos.
Mientras algunos siguen programando orientados a objetos, cosificando y degradando lo poco que queda en pie, hablando de autos que tienen y de relojes que no dan la hora; otros caminarán bajo la lluvia sin relojes que brillan, programando estructuras que sueñan con ser objetos.

LENGUAJE LÓGICO

Por último están los que utilizan un lenguaje de programación lógico, lenguaje que por cierto no es muy utilizado. Sus seguidores son forritos pedantes, que te dicen enfáticamente cada dos frases "es sentido común, marta". Como si fueran ellos dueños de una lógica que a veces escapa hasta de las mentes más brillantes. En ese sentido admito que yo soy uno de los que programan con este lenguaje la vida, mi vida. Pero a diferencia de varios sé que mi sentido común no es el de todos y que ésto lo convierte en un sentido propio y que mi lógica no es la de nadie. Soy el típico forrito arrogante que sabe que las verdaderas prioridades no parecen ser las de nadie. Y que cree que después de tantos años de ver sólo decadencia, es hasta lógico que no haya otra cosa que éxito al final de todo.

martes, 11 de septiembre de 2007

Un relato tomado de los huevos (primera parte)

A diferencia de otros, mi virtud surgió gracias a los crímenes. Mientras dejaba de ser lo que era comencé a preocuparme por eso que alguna vez fui. En todo caso, desde el encierro, un hombre comprende que sólo es responsable de sus propias acciones.
Yo no sé nada, de verdad, nada, basta, basta. Qué es lo que no sabes, tú sabés todo, cuéntame. Pero, pero. No te desmayes, esto recién comienza. Un balde de agua fría enseguida lo despertó. En sus ojos se había instalado el horror y también la ilusión de la muerte. Escucho, dime lo que tienes. Un par de tenazas sobre las pelotas de cualquier hombre siempre dan los resultados que uno espera: está bien, está bien, pero detente, por favor, detente. Encendí un cigarrillo de marihuana y le di un poco. Fumó, fumé y, entre el olor de la hierba, el dolor y la transpiración, esto fue lo que escuché:
“Habíamos salido como siempre, el Toni, el Huevo y yo. Llevábamos los paquetes bien metidos en el culo, no sé por qué, si acá ya no le importa a nadie donde uno lleva la puta merca, pero yo qué sé, el Toni había pensado que era una buena idea, y nosotros lo seguimos nomás, sin chistar. No me mire así, no soy puto; en toda mi vida, además de ese paquete, lo único que me ha pasado por el culo ha sido toda la mierda que comí en este país. En fin, le decía, íbamos por la selva. Nos habían dicho que ese lugar era el menos peligroso. Los guerrilleros habían comenzado a trasladarse y los putos de los paramilitares iban tras ellos, hacia el este, y nosotros íbamos hacia el sur. Lo sé porque siempre me he sabido guiar por las estrellas, no sé mucho de nada, pero de estrellas sé bastante, puedo decirle dónde estaban las que dejaron de brillar, cuáles son las nuevas, cuáles son satélites y cuáles dibujan las figuras esas que tienen esos nombres ridículos como Cruz del Sur, Osa Mayor, y yo qué sé que más, y que lo cierto es que no son más que putas estrellas. Pero bueno, usted sabe mejor que yo que la gente es bastante estúpida y traslada toda esa estupidez a cualquier objeto que sus putos ojos ven, incluso a las estrellas, incluso a eso, comprende lo que le digo, señor Felipao. Caminábamos entre partes, como si toda la pureza del mundo se hubiera ido a la mierda en cuestión de minutos. ¿Habrá existido alguna vez eso?, digo, la pureza del mundo. En ese terreno poco importaba. La selva nos oprimía el corazón. Desde chico, casi todos los días, uno veía la manera en que los vecinos del pueblo se morían, y también uno daba cuenta de lo poco que importaba una muerte. Pedrito, una bala en la cabeza, cayó al suelo como bolsa de patatas, no dijo nada el pobrecito, o Julio, descuartizado, ni los ojos le dejaron los muy putos, y así con muchos más; algo común, habitual, la muerte. Eso nos hizo crecer sin miedos, creo, o quizá sin miedo a morir, porque sabíamos que a nadie le importaba si nos moríamos o no. Así se crece en un lugar como éste, sin miedo a nada, ni siquiera a la puta muerte. No conozco todo el país, pero se me da que debe pasar más o menos lo mismo en todas partes: selva, ciudad, mar, río, cualquier puto lugar está rodeado de muertes insignificantes. Pero lo que uno jamás aprende es a tratar con el momento en que se cree que eso está por suceder. Digo, la muerte. La inminencia de algo que es más horrendo que tragarse la mierda que sale del culo. Comprende lo que le digo, señor Felipao, me parece que no me expreso muy bien. Pero bueno, usted quiere que le cuente lo que vimos esa vez. De pronto, sin que nadie sepa muy bien por qué, nos perdimos. Nos mirábamos unos a otros, mirábamos alrededor pero no podíamos reconocer nada. Creo que ni a nosotros mismos nos reconocíamos. Tal vez por ese sentimiento de que todo se iría a la mierda, de que ya no la contábamos más y que eso no le iba a importar a nadie. Tú tienes para fumar, saca un poco, le dije a Toni. Él se me quedo mirando, como si ya ni siquiera entendiera el puto idioma, pues qué te pasa, muy puto, que saques un poco, le dije. ¿Estás loco?, cuando lleguemos y vean que falta, nos matan. Quién mierda te dijo que de acá vamos a salir vivos, le dije, pero el muy puto parecía seguir sin entender. Tiene razón, dijo el Huevo, de acá no salimos vivos ni de putas, saca un poco, pues, yo también quiero fumar. Al fin lo convencimos, y al rato ya estábamos fumando. Terminamos uno, armamos otro y justo cuando se venía el tercero empezamos a escuchar esos ruidos del demonio. Esto es una mierda, dijo el Huevo con la vista fija en el cigarrillo que giraba y giraba entre sus dedos hasta que al fin lo arrojó a los arbustos. Por un momento lo vimos brillar; luego se apagó. Qué hiciste, dije después de un tiempo y calculo que lo dije para aplacar un poco los putos ruidos que ayudaban a que nos sintiéramos cada vez más ahorcados entre toda esa vegetación. Por qué, por los malditos ruidos que estoy escuchando, por eso, la puta droga me los debe haber metido en la cabeza. Yo también los escucho, dijo Toni. Yo también, dije. Entonces no es la droga, dijo el Huevo que nunca se caracterizó por ser el más inteligente del grupo. Y qué quieres que te diga, me parece que no, dije y luego todos nos callamos; lo único que quedaba por hacer era esperar el momento, eso era todo.

jueves, 6 de septiembre de 2007

otra dimensión

Otra vez el destino me ha hecho encontrar conmigo mismo, y eso me ha puesto muy contento, porque esta vez me encuentro muy rico, muy sabrosito. Dicen que la vida puede dividirse en ciclos de 12 años, que son los ciclos lunares, o que cada doce años sucede una revolución jupiteriana, o algo así, pues yo tengo 24 años y en todo caso también participo de la idea de dividir la vida en ciclos de siete años y en ciclos de seis. Por ejemplo, a los seis empecé la primaria, a los trece la secundaria, a los 18 la facultad, esto significaría un primer ciclo de seis años, uno de siete posterior, y los que no entienden mucho diran uno de cinco final... No, uno de seis, uno de siete, que puede ser de seis y otro de seis más lo que indica que a los dieciocho tenía tres ciclos de seis años completitos y que este año completé el cuarto o que tenía dos ciclos de siete y medio.

En todo caso si dividiera mi vida en base a criterios académicos estaría limitando mis variables a cuestiones hasta a veces triviales, si tuvieras 24 almanaques, en todo caso, ordenados cronológicamente, te marcaría con una birome los años más interesantes de mi vida, y seguramente diría, por ejemplo, que en el 1987 me pasaron grandes cosas, pero que no responden a la finalización o comienzo de ningún ciclo en particular.

Otra vez el destino me ha hecho encontrarme conmigo mismo. En esta vida que parece difícil para los fracasados natos, los cobardes, los típicos llorones del mundo, que hablan del color negro como si fuera un color o el símbolo de alguna loca sensación de moda y de lo feo de levantarse y sentirse vacío, opto por cagarme en la vacuedad de sus vidas, pues en esta vida trato de hacer lo complicado fácil, de volver tu puto nudo en una soga lisa y larga que no puedes usar para colgarte sino para jugar a saltar. En este sentido puedo afirmar que he venido a traer soluciones, que los problemas de hoy son las soluciones del futuro. Te traigo metafísica, te digo que el otro no es un igual a vos, que no estoy enojado por la razón que creo y que en definitivas el universo siempre conspiro a favor nuestro.

Que el blanco es blanco, que siempre fue blanco, que no lo tomes a mal, pero que la escala de grises te la metas en el culo, no estoy hablando de grises, ni siquiera tengo tiempo de hablar del negro, el blanco es tan grande, y por todos lados es blanco, parece mentira, pero ninguno de tus putos colores aparece en este inmenso blanco. Después traerás tu acuarela y pintarás lo que quieras, no es relevante que lo hagas ahora, sé que tienes todos los colores del cosmos y por eso es que te amo, pero te pido que los guardes por hoy, podrás luego ponerles hasta un poco de negro a los que quieras, pero ahora no, hoy no por favor.

Lo único que hoy quiero es que me digas que hay algo más en esta vida que nosotros y que brilla. Y que seguirá brillando aún cuando ya no estemos, quiero que me agarres las manos y cierres los ojos y que puedas ver al menos algo de lo que yo veo y que ni siquiera me lo digas, no me hables siquiera, sólo quiero que lo veas.

Otro día me lo contás.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

La primera persona del singular: yo

Qué te importa cómo carajo me llamo. Alguna vez mi nombre fue Felipao. Pero también, alguna vez, yo vivía en otro lugar, al margen de todo esto, del encierro, de las drogas, de las muertes, de los libros, incluso de los recuerdos. A la orilla del mar, bajo un sol calcinante, nunca había nada que recordar. Todo se circunscribía a un único instante. Más allá de la noche o del día, de lluvias torrenciales o de cielos completamente azules, nada modificaba el presente porque todo vivía y moría allí: un momento desolado, un lugar desguarnecido. Pero el amor se convirtió en exilio y el exilio, en encierro. Ya no soy lo que era. Perdí mi nombre, por eso me odian los míos.

martes, 4 de septiembre de 2007

Llorar de la risa.

Nunca entendí por qué cuando se ríe mucho se llega hasta a llorar. Dos polos opuestos se juntan en algo que se tilda de natural. ¿Es acaso lo natural la unión de dos polos? De ser así, ¿por qué estamos destinados a buscar lo contrario? ¿A tratar de cobijarnos en uno de los extremos?
Por el sueño, cierro los ojos. Pero no puedo dormir y pienso en la historia. En la mía, en la de un vecino, en la de un par, en la de un país, en la de un siglo... cualquiera sirve. Y en el medio de la noche, puedo encontrarme con lo natural.
Después de una historia cualquiera, sólo llega una frase que se impone ante cualquier otro pensamiento: las más grandes tragedias son provocadas por las más grandes estupideces. Entonces primero río, después lloro, por último entiendo y después de apropiarme de una pequeña porción del todo, pienso que ya es hora de poder dormir.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Sombras

El mundo está lleno de sombras. No lo digo desde lo oscuro sino desde la ilusión. Nuestras ideas dan vueltas año tras año como el planeta en que vivimos. Jamás podríamos percibir su movimiento, estamos demasiado ocupados en las sombras.
Recuerdo que en mi niñez jugaba con mi propia sombra. Durante el mediodía, las baldozas de la terraza me devolvían una imagen muy particular: mi cuerpo parecía haberse plegado en dos para convertirse en esa silueta redonda con una estatura mucho menor a la mía. Pero durante las últimas horas de la tarde mi cuerpo se extendía para llegar a ocupar hasta media terraza, la delgadez se hacía evidente, y me resultaba curioso que yo, siendo la misma persona, recibía dos reflejos antagónicos. El sol y las baldozas se habían puesto de acuerdo para confundirme. O tal vez, me hayan querido dar una lección.
Hoy, mirar la propia sombra reflejada en el piso no significa perder la conciencia del yo. Pero tampoco me alejé demasiado de la percepción infantil. Porque a pesar de seguir siendo nosotros mismos, de acuerdo al momento del día los ojos de los curiosos pueden vernos tan altos que hasta podríamos extendernos por todo el mundo. O tan chiquitos que incluso podríamos caber en un bolsillo. Los juegos de los chicos encuentran explicaciones en las palabras de los grandes. Los juegos de los grandes no tienen explicación.

Este tipo sabe...

"Los que usan la palabra tolerancia creen que planificar el lenguaje sirve para que las desigualdades sociales queden anuladas por el hecho de no hablar nunca de ellas. La palabra prohibida es explotación; de hecho ya no hay clases, hay culturas. Esto es fantástico, me maravilla cómo puede cambiar el mundo con el lenguaje. Ahora hay que comprender a las culturas...es un lenguaje vaporoso que entiende que la alternativa es más comprensión y no más justicia. Los mismos que piden comprensión son los que firman la orden de expulsión de los inmigrantes."

Manuel Delgado, antrpólogo catalán (y seguro que borracho viejo)

La nota completa puede verse acá

jueves, 30 de agosto de 2007

La felicidad

Ninguna explicación guarda una certeza absoluta, mucho menos una que dé cuenta de la vida de un brasileño, pintor, narcotraficante, encerrado en una cárcel colombiana de máxima seguridad. No hay detalles absolutos a la hora de narrar esa vida, pero sí puede decirse que un día Felipao se despertó sin sentirse feliz. ¿Lo había sido alguna vez? Como hasta el momento eso nunca había consistido en algo importante, no podía saberse. Todo relato presenta sus carencias y la imagen misma de Felipao, infeliz y encerrado en una cárcel colombiana, es la prueba. Con ese pesar, logró levantarse: al menos no estaba deprimido. Salió de la celda, que siempre permanecía abierta, saludó a un guardia, el guardia se extrañó por el saludo, pero igual lo respondió con otro. Pensó que Felipao iría a caminar por ahí, o jugaría al básquet, o, aún sorprendido por el saludo, el guardia llegó a pensar que de una vez por todas, luego de haber atravesado por esa calma introspectiva que, para el guardia, era común en todos los artistas, Felipao regresaría a su arte, a pintar esos cuadros que a todo el mundo asombraba pero que nadie entendía –o todos daban interpretaciones diferentes, y como al discutir sobre la obra del brasileño nunca llegaban a ponerse de acuerdo, lo único que les quedaba para salir de la discusión y no matarse unos a otros, era concluir que lo que hacía Felipao sin duda era bueno, pero también incomprensible para ellos–. La oscuridad misma de Felipao era todo un espectáculo y también lo que indicaba la prudencia del respeto y el silencio. Por eso el guardia no hizo más que saludarlo y quedarse quieto, con la vista fija en el brasileño que salía de la celda y que lo había saludado pero que no le dijo que se había despertado sin sentirse feliz. En un momento, a unos pocos pasos del guardia que todavía lo observaba inmóvil pero con ganas de huir, Felipao se detuvo, giró y regresó hacia él. El guardia tomó el arma, apuntó a Felipao y entre temblores, le dijo que se detuviera, que dejara de caminar, que regresara a la celda. Felipao sonrió y le dijo al guardia que se decidiera, quedarse quieto o caminar, pero no las dos cosas al mismo tiempo, y después le dijo que no había nada que temer, sólo andaba en busca del lugar más solitario de toda la cárcel. El guardia, que a esa altura ya había mojado los pantalones y que aún permanecía con el arma en la mano, balbuceó una palabra ininteligible. Felipao le pidió que le repitiera lo que había dicho. El guarda no hizo más que tartamudear hasta que al fin, en un grito desesperado, dijo que el lugar que Felipao tanto buscaba era la biblioteca, que ahí nadie lo iba a molestar, al menos que fuera alérgico al polvo, porque eso era lo único que había allí, polvo, además de libros, dijo el guardia, pura suciedad. A Felipao el lugar le pareció perfecto y comenzó a caminar pese que aún no lograba sentirse feliz.